"Uno de los Nuestros" es una obra maestra en el subgénero del cine de mafia, un film basado en hechos reales, de la mano del legendario Martin Scorsese y protagonizado por Ray Liotta, Robert De Niro y Joe Pesci. Uno de los filmes más representativos de Scorsese, bajo mi punto de vista su mejor cinta. Fiel a sus señas de identidad, dota a la película de un ritmo frenético que deja sin aliento al espectador. Nos situamos en la segunda mitad del siglo XX, en la ciudad de Nueva York, donde está de moda juntarse con tipos duros y controlar todo tipo de negocios que haga que estés forrado de dinero y vivas a cuerpo rey. Lo hemos visto en muchas películas y creemos que es fácil de conseguir, pero el protagonista, Henry (Liotta) muestra lo contrario, teniéndo que enfrentarse a situaciones diversas para poder tener la vida que desea: ser rico, formar una familia y tener amigos que no le delaten y no fastidien nada de lo que tiene planeado. Martin Scorsese nunca falla al realizar este tipo de filmes, donde uno de sus temas principales es la droga. Sabe con quién codearse para lograr un triunfo con sus proyectos. Para ello utiliza esos planos que hacen que estés inquieto, vocabulario soez y trama que engancha. La historia sigue a lo largo de treinta años la vida de Henry Hill, narrada por él mismo, desde que es un adolescente y ayuda esporádicamente en trabajos pequeños a los mafiosos del capo Paul Cicero en los 50, hasta su caída por culpa de las drogas en los 80.
Treinta años en los que se nos cuenta de todo y donde conocemos a cantidad de personajes, siendo los más importantes Henry Hill, Jimmy Conway y Tommy DeVito. Asimismo, toma parte el famoso robo de la Lufthansa que se perpetró en el aeropuerto de Kennedy a finales de los 70, el más importante (en metálico) de Norteamérica hasta esa fecha. Así Scorsese, nos introduce sin edulcorar, en el emocionante, corrupto y despiadado mundo de los gangsters, empezando con aquel vehículo circulando en la oscuridad donde los tres principales se encuentran en él y de repente parecen escuchar ruidos que vienen de la parte trasera. Unos minutos más tarde abren el maletero y se dan cuenta de que Billy Batts, entre manteles y con la cara ensangrentada, aún está vivo, así que le acuchillan sin piedad y le disparan, hasta convertirlo en un cadáver. No obstante, el film, no ofrece un retrato romántico del universo de la mafia, sino de la realidad de esta gente, odiosa y admirable al mismo tiempo, de sus sucios negocios, de cómo dominaban en la calle inspirando temor en los demás, de la violencia que se vivía tanto dentro como fuera de las familias de los capos, de sus casas de lujo, de sus recuerdos, sus metas, sus ambiciones, sus peleas internas, sus traiciones, de cómo sin pestañear asesinaban a sangre fría a quienes la semana anterior eran sus amigos.
Sin embargo, en el extenso metraje Scorsese da rienda suelta a su estilo único, nos regala secuencias muy elaboradas llenas de realismo, donde demuestra un pulso tenaz para filmarlas y sobresaliendo ese talento que tiene para combinar una violencia salvaje y retorcida (tanto verbal como física) con un drama de lo más amargo, referencias al más clásico cine de gangsters y toques de humor negro. Así como la puesta en escena, la exquisita fotografía de Michael Ballhaus, la imponente banda sonora y la gran labor de edición de Thelma Schoonmaker. Hallamos momentos inmortales como la paliza a Batts en el local, el asesinato de Tommy y el de "Araña" o el espectacular plano-secuencia de Henry y Karen entrando al Copacabana, pero si hay uno significativo es cuando vamos viendo uno a uno a todos los compañeros de Jimmy que han sido eliminados escuchándose "Layla" de fondo. Con un guión calculado al milímetro, que siempre perdura en la memoria, con conversaciones muy verosímiles, además, del carisma de cada uno de los personajes y la excelente narración, que hace que te preguntes: ¿Queda algo por contar? Brillante dirección de Scorsese, con un calculado montaje, y con una duración que, pese a parecer que será "larga" es todo lo contario, pues todas las escenas tienen un por qué y un como.
Las actuaciones son sublimes, Robert De Niro hace una interpretación brillante como Jimmy Conway, muy carismático. En un papel secundario, pero uno de los más espectaculares de su carrera, es el más malo de entre los malos, despiadado, incluso con toques psicópatas, deja sin palabras. El típico mafioso del que quieres ser amigo, sus gestos son marca de la casa. De hecho, se estudió el papel a fondo, llamando al verdadero Jimmy Conway para preguntar detalles de su personaje, como la manera en la que cogía un cigarro. El trabajo de Joe Pesci como Tommy DeVito es descomunal, consigue un personaje muy completo y trabajado, al que llegas a odiar por su personalidad y a amar por su interpretación. Parece haber nacido para ser gangster, es el protagonista de los momentos más divertidos y violentos de la película. Se llevó un merecido Oscar a Mejor Actor de Reparto. Ray Liotta encarnó a Henry Hill, está impecable, sin duda la actuación de su vida. No es un gran actor, pero consigue llevar el peso de la película, (que no es poco) y eso es dificil, ya que su papel es el que tiene más protagonismo, me sorprendió bastante. Este trío hace que los demás personajes queden en un segundo plano.
En definitiva, una obra maestra en el subgénero del cine de mafia, y una de las joyas más relucientes que el cine norteamericano ha brindado. Con una dirección de Martin Scorsese, que hace décadas se abrió un más que merecido hueco en el salón de la fama de los grandes del séptimo arte. La soberbia realización resulta ser toda una lección de cine, técnicamente perfecta, con unos planos secuencia envidiable, una trama perfectamente plasmada, brillantes actuaciones que sencillamente hacen más agradable su desarrollo, la fotografía beneficia a cada escena dotándola de mayor realismo y un ritmo que no te permite ausentarte un segundo de la pantalla.
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