Los abogados también lloran
por Diana AlbizuComo continuación al reconocimiento obtenido por 'Gorilas en la niebla', el cambiante e impersonal realizador británico Michael Apted eligió un drama judicial con personajes-cebo para nominaciones a premio, intérpretes sólidos (Gene Hackman, Mary Elizabeth Mastrantonio) y producción cuidada (Conrad L. Hall a la fotografía, James Horner a la música), pero perdió todo aire de respetabilidad al tener entre manos un argumento ridículo, sensiblero y propio de telefilme.
Gene Hackman (desperdiciado en el registro) interpreta a un abogado especialista en casos donde ciudadanos comunes se enfrentan a grandes compañías, dando la casualidad de que su último pleito es contra una empresa automovilística defendida por su hija, una abogada que le abandonó después de enterarse de que había sido infiel a su madre. Los inanes avances legalistas de la trama están salpicados por escenas "intensas" en las que padre e hija se profieren gritos con toda la dignidad profesional de la que son capaces, pero que no es suficiente como para justificar el hueco despliegue cinematográfico al servicio de un relato manipulador y lacrimógeno.
A favor: La fotografía de Conrad L. Hall da a la película una elegancia de la que el argumento o la dirección carecen.
En contra: Recursos sensacionalistas y telefilmeros como la muerte de la madre, interpretada por Joanna Merlin.