El rostro de la Rosa Blanca
por Nestor HidalgoLa aproximación del cineasta Marc Rothemund a los últimos días de la vida de Sophie Scholl, activista del movimiento de Resistencia la Rosa Blanca en la Alemania nazi fue propiciada por la desclasificación de transcripciones de los interrogatorios a los que fue sometida por la Gestapo tras su detención y que habían permanecido ocultos entre los archivos de la RDA hasta 1990. El filme apuesta de forma clara por la palabra al plantear su retrato de Scholl, pegándose a los gestos de esta estudiante de 21 años (interpretada de manera soberbia por Julia Jentsch) que decidió reflexionar sobre el papel de la sociedad alemana ante los desmanes del Gobierno nazi.
En esta sobrecogedora y firme película asistimos casi en tiempo real a los hechos que anteceden y suceden a su arresto en Munich en febrero de 1943, cuando due detenida junto a su hermano Hans por distribuir panfletos contra Hitler en la universidad. Inmediatamente encarcelada, juzgada culpable por el Tribunal del Pueblo (presidido por el temible y grotesco Roland Freisler) y ejecutada en tiempo récord, la figura de Scholl se convirtió en todo un símbolo de la resistencia antinazi. Rothemund (cuya dirección fue premiada con el Oso de Plata en el Festival de Berlín, igual que la actuación de Jentsch) saca partido al minimalismo de escenarios (la universidad, el cuartel de la Gestapo, la prisión, el tribunal) y da especial relevancia a los enfrentamientos dialécticos entre Scholl y su interrogador, el agente Robert Mohr (Gerald Alexander Held) en un ejercicio preciso de cine histórico que da visibilidad a las palabras y la memoria.
A favor: La interpretación de Julia Jentsch y sus miradas hacia arriba en busca de luz.
En contra: Un uso demasiado enfático de la música.