Un romance deportivo
por Israel ParedesLos hermanos Peter y Bobby Farrelly tomaron la novela de Nick Hornby (también coguionista de la película) para realizar 'Amor en juego', segunda adaptación de la misma tras 'Fuera de juego', de David Evans, producción británica mucho más sombría que la película de los Farrelly. El beisbol sustituye al fútbol para americanizar una historia en su origen muy británica y con mucha más gracia que esta producción en la que los hermanos Farrelly dejan de lado toda su irreverencia (que en su fallida pero enloquecida 'Pegado a ti' habían llevado a su extremo) y su escatología para crear una película bien orquestada y envuelta pero que en el fondo no es más que una comedia romántica más, en este caso, con Drew Barrymore como protagonista. No hay apenas pistas de la presencia de los hermanos tras la cámara, salvo en los primeros compases de 'Amor en juego', medianamente bien planteados y narrados pero que devienen en una historia simple (simplona más bien) que no aporta demasiado (nada en realidad) ni al género ni a la filmografía de los Farrelly. 'Amor en juego' parece una película de aliento clásico en sus planteamientos visuales (dejando de lado los modos de los hermanos, muy pocos clásicos) pero es simplemente una impresión: lo que realmente sucede es que la puesta en escena y el guion de 'Amor en juego' es de tal simplicidad y tan sumamente anodina que parece otra cosa. Pero es simplemente dejadez por parte de unos cineastas que aunque irregulares, siempre entregan algo más.
A favor: La capacidad de los Farrelly de usar el paisaje urbano, algo común en su obra.
En contra: Que se trata de una comedia demasiado común.