Crítica de SensaCine.com para Banderas de nuestros padres: Una mirada a la historia

El primer acercamiento de Clint Eastwood como director a la Segunda Guerra Mundial fue el díptico conformado por 'Banderas de nuestros padres' y 'Cartas desde Iwo Jima', sendos intentos de recrear el enfrentamiento entre norteamericanos y japoneses en la batalla de Iwo Jima desde ambas perspectivas, una por cada película.

Eastwood recrea la batalla en 'Banderas de nuestros padres' con el realismo que desde 'Salvar al soldado Ryan' parece haberse instaurado en el cine bélico contemporáneo para, después, centrarse en lo que realmente está interesado: en mostrar cómo la famosa fotografía de los soldados estadounidense colocando en lo alto de una colina la bandera de su país y la gira de los soldados a su regreso para recaudar fondos, estaba basada en una cierta mentira. El cineasta se adentra en los entresijos políticos y militares y en cómo afecta emocionalmente a los soldados, víctimas finales de todo. Eastwood recrea la época de manera magnífica mediante un estilo visual conciso y una excelente puesta en escena, aunque como en ocasiones sucede en su cine, suele caer en un maniqueísmo ideológico que lastra la acción, algo que no sucede, por ejemplo, en 'Cartas de Iwo Jima'. En cualquier caso, un magnífico acercamiento no solo a un momento concreto de la historia de Estados Unidos, sino también, y sobre todo, a cómo la Historia, en general, no es una verdad cerrada y tiene diferentes pliegos.

A favor: El trabajo visual de Eastwood y todo aquello que propone en su cuestionamiento de los mitos y de la Historia.

En contra: Que Eastwood es tendente al esquematismo ideológico y al maniqueísmo.