Por los pelos
por Covadonga G. LaheraSecuela de El grito (2004) y autoremake de La maldición 2 (2003), a su vez secuela-autoremake de La maldición (The Grudge) (2002), todas ellas firmadas por el japonés Takashi Shimizu, que ha logrado hacer carrera, y sobre todo taquilla, en el sistema de estudios "occidentalizando" esta saga de origen nipón que combina elementos de thriller psicológico y terror sobrenatural. Con el apoyo de Sam Raimi en la producción, El grito 2 (2006) recupera la maldición del título original para proponer una poco sugerente trama donde el escepticismo inicial de algunos personajes ante la supuesta casa encantada vuelve a doblegarse cuando las amenazas van haciéndose visibles, sonoras y/o táctiles.
Y volviendo a combinar localizaciones en ambos lados del charco y un reparto oriente-occidente, encontramos un protagonismo múltiple que da lugar a varias tramas que avanzan en paralelo hasta finalmente converger: tres colegialas que irrumpen en la célebre casa, una familia recién instalada en un nuevo hogar, la hermana del personaje de Sarah Michelle Gellar (protagonista de la primera y que ha sufrido las consecuencias de la maldición) y un joven detective que lleva tres años siguiendo este misterioso caso. En realidad ninguno de los personajes nos importa demasiado. Tampoco el recibir una explicación sobre el móvil de esas sucesivas muertes o desapariciones. El conjunto queda suspendido bajo una densa red de retoques en posproducción, efectos "efectistas" de sonido y música altisonante y uno se debate entre el tedio y lo irrisorio
A favor: El arranque donde a la alteración del logo de la Columbia le sucede una intro que precede a unos atractivos créditos iniciales, con mucha sangre y mucho pelo. La secuencia del motel.
En contra: Su incapacidad para hacer verosímil el ya conocido relato maldito y, por consiguiente, hacernos partícipes, no generando ningún sobresalto digno dada la artificiosidad de sus sustos y la indiferencia que el reparto, en general, suscita.