Metacomedia romántica peligrosa
por Covadonga G. Lahera"¿Será el amor verdadero una conspiración capitalista?", se pregunta el compañero de piso gay de Jacks (Brittany Murphy) en Amor y otros desastres. En realidad a ese interrogante le acompaña cierta lógica, y seguramente encontraríamos algunos argumentos para sostener que "el amor contemporáneo" puede leerse a veces como una especie de mercancía intercambiable en el mercado de divisas y otros productos, pero desde luego este filme no llegó para profundizar en dicha premisa, ni para ofrecer un modelo alternativo: ni de romance ni de comedia romántica.
15 años después, Alek Keshishian, el director de En la cama con Madonna, ofrece una película sin alma propia, llena de lugares comunes del género y tópicos "internacionales", personajes ya vistos con conflictos repetidos y forzadamente abordados, vueltas injustificadas de guión y pendiente, por encima de todas las cosas, de subrayar su referente de cabecera, Desayuno con diamantes y los encantos de Audrey Hepburn. ¿Recuerdan, a propósito, Sobreviviré, aquella comedia romántica con Emma Suárez y Juan Diego Botto? Allí también se citaba la obra de Blake Edwards, que con Amor y otros desastres habrá vuelto a revolverse en su tumba. Y a todo esto, y manteniendo su vacía coherencia, el filme cierra con el cameo de Orlando Bloom y Gwyneth Paltrow.
A favor: La explicación de las relaciones a partir de "los pedos" hecha por una terapeuta. Para fans de Brittany Murphy, que desfila con unos cuantos modelos de lencería de diseño y, en un par de secuencias, se arranca a hablar español.
En contra: Su falta de personalidad propia e incapacidad para construir un producto entretenido.