La Francia multicultural
por Israel ParedesEl cineasta tunecino Abdel Kechiche sorprendió con su segunda película, la notable La escurridiza, o cómo esquivar el amor, una aproximación a partir de la relación amorosa de dos jóvenes a los problemas sociales de los suburbios franceses, uno de los temas más presenciales de gran parte del cine francés de los últimos años. En siguiente película, Cuscús, Kechiche se adentró en una crónica familiar de dos horas y media, quizá su mayor punto flojo dado el material con el que trabaja: un aligeramiento de algunas partes repetitivas y que subrayan en exceso el contenido ideológico de la película habrían ocasionado que esta fuera mucho más redonda y equilibrada. En cualquier caso, un intento más que loable de seguir testimoniando ciertas situaciones en una Francia multicultural cada vez más compleja que merece la pena por un final magnífico, duro, directo, que da sentido no solo a todo lo narrado anteriormente, sino que abre la puerta a no pocas discusiones. Una película muy recomendable gracias a la puesta en escena de Kechiche, directa, seca, sin concesiones, pero extremadamente cuidada.
A favor: La dirección de Kechiche y los actores.
En contra: La duración.