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    El último rey de Escocia
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    El último rey de Escocia

    Sobre occidente y los dictadores

    por Israel Paredes

    Antes de rodar 'El último rey de Escocia', Kevin Macdonald fue creando una sólida aunque irregular trayectoria como documentalista, labor que, curiosamente, no se hace patente en su primera obra de ficción. Es decir, Macdonald no opta por crear una película en la que ficción y documental se aúnen o rompan los límites entre ellos, sino que se adentra en la narración ficcional mediante una puesta en escena (y en esto si es evidente su trabajo en el terreno del documental) seca y directa, sin ornamentos visuales, buscando, mediante ese acercamiento analítico, el adentrarse en una gran mentira que afecta a un hombre, al doctor Nicholas Garrigan (James McAvoy), y que es la mentira que, en realidad, afecta a toda una nación, la gobernada por Idi Amin (Forest Whitaker). Macdonald juega con la ambigüedad de manera excelente para lanzar una mirada crítica hacia el mundo occidental que ayuda o dejar de ayudar a los dictadores del llamado tercer mundo, así como a la ceguera internacional, que personaliza en Nicholas, quien verá como su fascinación alrededor del dictador devendrá en espanto cuando descubra lo que ha estado sucediendo mientras él miraba hacia otro lado bajo, aunque fuera de modo involuntario. Una película seria, violenta en su resolución, quizá demasiado maniquea al final y algo simplista en ciertos planteamientos, pero posiblemente una película necesaria.

    A favor: Los actores protagonistas, sobre todo Whitaker, y la apuesta visual de Macdonald, no muy deslumbrante pero totalmente efectiva.

    En contra: Quizá cierto maniqueísmo y simpleza en su resolución.

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