Crítica de SensaCine.com para Lady Chatterley: Génesis erótico

Una docena de años después de haber recibido la Cámara de Oro en Cannes por su puesta de largo con Pequeños arreglos con los muertos, la realizadora gala Pascale Ferran se atreve con una nueva adaptación de las aventuras y desventuras eróticosentimentales de Lady Chatterley, la popular protagonista de la novela de D. H. Lawrence, El amante de Lady Chatterley. Con una envoltura minimalista, Ferran va construyendo este melodrama romántico en base a la repetición de una serie de elementos clave (una llave, un guante...) y encuentros que van propiciando pequeñas progresiones en el despertar erótico de esta mujer casada con un alto cargo de la armada británica, Clifford Chatterley, que regresa inválido del campo de batalla. Constance Reid (nombre original de ella) trascenderá el inmovilismo, la rutina y el tedio a los que se veía abocada cuando conozca al guarda de caza de su marido, con quien empieza a mantener un intenso idilio a hurtadillas. Esta parece tomarse al pie de la letra la recomendación del médico tras un repentino vahído: "Cambie de aire, cambie de ideas".

El filme ofrece un minucioso retrato de esta mujer y su evolución, y va construyendo con delicadeza y a fuego lento la crónica de la toma de conciencia de su propio cuerpo, su carnalidad, su sexo, su instinto maternal... La estructura del filme va puntuándose con breves intertítulos al inicio y posteriormente serán proferidos por una voz en off femenina. Poco a poco irán presentándose los conflictos. Ferran muestra un gran pulso a la hora de construir y dotar de verosimilitud a una relación cuya sensualidad creciente se combina con cierta inocencia primigenia, como en la secuencia en la que los amantes corretean en el campo bajo una lluvia torrencial. La belleza y sencillez representadas en algunos instantes de Lady Chatterley logran conectar, sin caer en la afectación, con algún punto profundo y esencial de nuestra naturaleza como seres sensibles y sensitivos.

A favor: El contraste entre la candidez e inocencia de Constance y la robustez y aparente impenetrabilidad de Parkin, así como la delicada construcción de su progresivo acercamiento saltándose la diferencia de clases. Ambos intérpretes, Marina Hands y Jean-Louis Coulloc'h.

En contra: Un ritmo algo moroso y cierto recato en la puesta en escena del sexo. Algún momento algo melifluo.