Una conspiración recorre Europa
por Nestor HidalgoSi '13 Tzameti' hubiera tenido la suerte de rodarse después de la caída de Lehman Brothers y con medio globo sumido en la mayor crisis económica su historia es muy posible que hubiera sido mucho más alabada como radiografía pesimista y radical de los tiempos oscuros y de austeridad a los que hace frente Europa; las metáforas de nuestra sumisión a los grandes capitales y la especulación financiera de los poderosos habrían volado. Como se adelantó unos pocos años y data de 2005, el debut del georgiano Géla Babluani (producido y filmado en Francia) sólo se despachó como un thriller minimalista que hablaba de los límites humanos frente a la escasez.
Poco importa, puesto que, dejando a un lado su jugoso valor como parábola social y cuadro clínico del capitalismo patológico, lo que queda de '13 Tzameti' también es interesante e intenso. Con una imagen áspera y localizaciones que hacen extrañar los lujos del extrarradio, su primera media hora construida sólo a base de gestos conspiratorios y un nulo punto de apoyo argumental son un fabuloso ejemplo de narración misteriosa, donde el suspense se palpa como en los mejores filmes del primer Polanski. Cuando las sombras de la trama se clarean y la película entra en su parte central el espectador está ya tan atrapado como el protagonista en un mundo que no deseaba conocer pero donde se metió por su propio pie. Y, de ahí, ya sólo puede sacarlo la suerte. Momentáneamente, claro, porque la banca no paga a traidores (que no sean los suyos).
A favor: La fotografía en blanco y negro, que contribuye a crear la sensación de precariedad y opresión.
En contra: Que, cinco años después, el director se viera abocado a dirigir un remake de la película en EE UU y eso sea lo último que sabemos de su carrera.