B Cinema Paradiso
por Nestor HidalgoTras formarse en el campo de entrenamiento viscoso de la Troma, la primera película dirigida por James Gunn (al menos de forma acreditada, pues antes había co-realizado 'Tromeo y Julieta') fue una declaración de amor absoluto al cine con el que había crecido y se había formado artística y sentimentalmente. Es decir, el de terror a medio camino entre lo epidémico y lo venéreo de finales de los 70 hasta mediados de los 80, los universos gomosos y supurantes de David Cronenberg, Lloyd Kaufman, Fred Dekker, Stuart Gordon o John Carpenter. De ahí el sampleado de recursos y situaciones de las historias de invasiones alienígenas para contar cómo los habitantes de un pueblo de Carolina del Sur son tomados como objetivo por una serie de parásitos procedentes del espacio exterior y con forma de babosa que infectan a las personas, las matan y después controlan los cuerpos a su voluntad.
Sin caer en la spoof movie, sino sintiendo verdadera pleitesía hacia sus referentes, Gunn se rodea de un reparto de caras, cuerpos afines al género como Nathan Fillon, Elizabeth Banks, Michael Rooker, Jenna Fischer e incluso un cameo de Lloyd Kaufman. Todo aciertos que quedan algo diluidos cuando el espíritu homenajeador choca contra el obstáculo de la contemporánea pasión (y precios populares) de los efectos digitales en detrimento del imperfecto pero físico látex de toda la vida. Cuando este último es utilizado en algunos planos es cuando estamos ante la clase de película que nos gustaría estar viendo.
A favor: La escena de la bañera, de planificación hitchcockiana, es excelente.
En contra: Los efectos CGI, que palidecen en comparación con sus compañeros artesanales.