Juegos en el patio de la motion capture
por Nestor HidalgoA través de su productora ImageMovers, el cineasta Robert Zemeckis se lanzó a comandar su propia "revolución tecnológica" destinada a "cambiar Hollywood para siempre" mediante una apuesta muy fuerte por la animación generada por ordenador a partir de la captura de movimiento. La estrategia, aplicada al cine infantil-juvenil, tuvo resultados tan inanes como 'The Polar Express' (2004), 'Cuento de Navidad' (2009) o la debacle económica de 'Marte necesita madres' (2011), que parece haber puesto punto y final a la empresa. En medio, quedan los dos únicos frutos maduros y aprovechables de este período: la oscura e inteligente revisión de 'Beowulf' (2007), dirigida por Zemeckis, y esta 'Monster House', a cargo de Gil Kenan.
Muy lejos de las ambiciones narrativas y estéticas de los largos de Pixar, pero también al margen de la locuacidad y autodestructiva dependencia de la referencia pop inmediata de los grandes éxitos taquilleros de DreamWorks, 'Monster House' transforma en su gran valor la añoranza por un tipo de cine infantil-juvenil que vivió su edad de oro en los 80 y no estaba obsesionado con incluir en el paquete pequeñas gratificaciones para el público adulto. Los protagonistas del film son los mismos chavales de 12 años al que va dirigido, y el tono nunca abandona esa altura. De rebote, obtenemos una efectiva historia de misterio y descubrimiento que, pese a la textura digital con la que está contada, nos recuerda una época donde la aventura estaba en la calle y no al otro lado de múltiples pantallas.
A favor: La efectividad narrativa y el cariño puesto en los diálogos.
En contra: El perezoso diseño de los personajes.