"Alien, El Octavo Pasajero" es uno de los grandes clásicos de la ciencia ficción, en una lograda combinación con cine de terror, para crear a una de las criaturas repugnantes más icónicas del cine. La dirección de Ridley Scott es sublime, el guión es lento y pausado pero logra mantener el interés durante toda la película, la atmósfera está muy conseguida, y el diseño del Alien es increíble e inquietante a partes iguales. Uno de los puntos más a favor del filme es que los protagonistas, la tripulación de la nave Nostromo, ni son héroes, ni tienen armas de destrucción masiva, ni son luchadores natos, son simplemente unos comerciantes de mineral, que se dedican a realizar un trabajo normal y corriente por un salario aceptable. Un lugar extraño y hostil, con una criatura impredecible y terrorífica que supone una amenaza acojonante y tú encerrado en una nave espacial.
Los efectos especiales son muy buenos estamos hablando de una película de 1979... Las maquetas de la Nostromo y los planos de la nave abandonada encontrada en el planeta LVL 426 son muy realistas. Los pasillos son claustrofóbicos. Mucho detalle en todos los decorados. Para situar al espectador y acercar el ambiente de la nave al mismo, las cámaras iniciales se desenvuelven por el esqueleto de la gigantesca nave de carga Nastromo, iniciándose una especie de travelling que se detiene para que Madre, el ordenador central del aparato, despierte a los protagonistas de su estado de hibernación. Los tripulantes, de vuelta a la Tierra tras cargar un gigantesco remolque rebosante de minerales que deben ser tratados en una refinería, reciben por radio, en mitad de su viaje, unas misteriosas interferencias que son interpretadas como un posible mensaje de socorro. Ciñéndose al reglamento que debe ser aplicado en ese tipo de circunstancias, se dirigen, envueltos en una lógica tensión e incertidumbre, a un pequeño planeta sobre el que por sus condiciones, se permite caminar.
Poco a poco el film va ganando peso, hasta el punto de cuando comienzan a sucederse una a una escenas con escalan en tensión como aquella en la que encuentran los restos de un extrarrestre gigante con una perforación de algo que le salió del abdomen, pero principalmente la aparición de un facehugger, larva del xenomorfo, que anunciará que el horror recién comienza. Su aspecto repugnante y su efectiva sangre corrosiva será el preámbulo para el horror que vendrá. A partir de la escena en la que la larva perfora el abdomen de Kane para esconderse en la nave que regresaba a la Tierra creyendo haber superado el impasse del facehugger, y se desarrolle, la cinta aumentará más y más en tensión y ganará puntos cuando se agregue el componente “conspiración” en la trama, cuando Ripley se entere de que uno de los tripulantes era en realidad un androide y que había recibido instrucción de proteger a la alimaña para que llegara con vida a la Tierra para así poder estudiarla.
La actuación de Sigourney Weaver en la piel de la "heroína" Ellen Ripley es magistral, un papel que se quedará grabado por siempre en el imaginario colectivo. Por algo fue su mayor empujón en su carrera como actriz, hasta hacerse oír por todo Hollywood. La secundan, Veronica Cartwright como Lambert, con una maravillosa interpretación. John Hurt como Kane, el más experimentado del reparto, con una actuación notable. Y Ian Holm como Ash, el cual está bastante correcto. Dentro de la correctitud general del reparto, Cartwright, Hurt y Holm. Son los que destacan. Mencionar además a Jones, el gato que aparece en una de las escenas en las que el extraterrestre destroza a uno de los tripulantes con su mirada impertérrita.
En definitiva, una película que nació para verse en una sala de cine. Y que además está trufada de detalles soberbios: el macguffin del gato, la secuencia del primer nacimiento del Alien, el uso del sudor como elemento tensor. Y cómo no, la mutación que experimenta el "pulpo" inicial al monstruo "cabezón" final, siempre mostrado en tomas cortas e impactantes. Los efectos especiales de excepción, el diseño del Alien, la decoración, ambientación, esa impresionante BSO. Todo contribuye a crear una tensión única. Sin duda se ha ganado su categoría de icono del género.