Víctor (Vincent Lindon) es un hombre con suerte. Tiene un trabajo estable como abogado y una esposa con quien se lleva bien, al menos eso pensaba; pero una mañana toda su vida da un giro de ciento ochenta grados. A través de una nota se entera de que su mujer lo ha abandonado y se ha llevado todas sus pertenencias de casa y, con una nota también, descubre que ha sido despedido cuando llega a la oficina.
El protagonista queda destrozado. Toda su estabilidad se ha esfumado en una horas y ni su mujer ni su jefe han tenido el valor suficiente para comunicarle su abandono a la cara. Así las cosas, Víctor llama a sus amigos esperando encontrar un apoyo, pero ninguno de ellos le atiende.
Un mal día lo tiene cualquiera
por Diana Albizu