Un mal día lo tiene cualquiera
por Diana AlbizuVincent Lindon protagoniza con impecable arrojo esta comedia escrita y dirigida por Coline Serreau en la que la vida de un hombre queda hecha pedazos cuando, el mismo día, descubre que su mujer le ha abandonado y su jefe le ha despedido. Como suele ocurrir en las películas de la sobrevalorada Serreau ('Tres solteros y un biberón', 'Mamá, hay un hombre blanco en tu cama'), la efectividad de sus frenéticos intercambios de parlamentos costumbristas entre los personajes depende mucho de los intérpretes implicados. Lindon hace un buen trabajo con sus constantes caras de pasmo y pesadumbre, pero la panda de histéricos con problemas propios que forman su círculo de conocidos llegan a saturar el avance de la narración con diálogos enervantes.
Parece que a Serreau le gustaría extender un retrato colectivo de la clase media francesa de los años 90 mediante dichos personajes, pero su humor no es tan sofisticado ni está tan afilado ni provisto de ironía como para mantenerse sin tener el apoyo de Lindon como contrapunto. El resultado es una comedia verbal de interiores que, sin aportar ninguna secuencia memorable, hace un trabajo aceptable al reírse de las neurosis enquistadas por culpa del poder de las apariencias en nuestras sociedades modernas.
A favor: Vincent Lindon explorando su registro cómico.
En contra: No hay nada memorable ni especialmente gracioso.