Crítica de SensaCine.com para Pequeño Manhattan: Mi primer (des)amor

El mayor logro de la pareja director-guionista formada por Mark Levin y Jennifer Flackett en 'Pequeño Manhattan' es demostrar que, si se sabe hacer bien, todo el horrible a priori que sugiere la idea de ver una comedia romántica protagonizada por dos niños de 11 años queda neutralizado ante la evidencia de una película agradable, pausada y sin miedo a resultar amarga. La ternura y la búsqueda de fascinación al mirar el mundo a través de los ojos de Gabe (interpretado por Josh Hutcherson a los 13 años) son evidentes, pero también la decisión consciente de no construir un relato almibarado o superficial a lo Disney Channel.

La voluntad de atrapar el instante del primer enamoramiento, ese momento en el que una niña como Rosemary (Charlie Ray, también con 13) pasa de ser una aburrida compañera del cole a incomprensible ojeto de deseo, llega hasta el final y no cae en el riesgo de apartarse de un camino dentro de parámetros realistas. Con divertidos monólogos reflexivos à la Woody Allen y digresiones fantásticas a cargo de un quizás hipermaduro prepubescente (antes de que 'Hard Candy' o 'Juno' nos saturaran con el recurso) con el que ningún espectador masculino y heterosexual encontrará difícil empatizar.

A favor: La presencia de Bradley Whitford y Cynthia Nixon en papeles secundarios como los padres separados del protagonista.

En contra: La constante voz en off de Gabe no siempre está igual de acertada.