En el momento en el que se lanzó la película en los cines, llamó la atención el hecho de que había muchas situaciones que coincidían con la vida de casados de Woody Allen y Mia Farrow.
Woody Allen afirmó que produjo la película para romper las normas habituales de grabación, innovando en la utilización de cámaras y en el montaje.
Woody Allen quería rodar la película en 16mm para darle un aire documental, pero TriStar lo rechazó y el filme acabó siendo grabado en 35mm.