Dieciocho años después de las primeras proyecciones de El Padrino, el tan esperado tercer y último capítulo llegó a los cines. Que resultó ser incapaz de cumplir con las expectativas fue un resultado predecible, aunque algo desalentador, dado el desarrollo de dieciséis años. The Godfather Part III es una buena película, con momentos de poder excepcional, pero no es una gran razón, una razón por la cual muchos fanáticos de la serie ha expresado su decepción. Las nominaciones al Oscar para esta película probablemente se basaron más en el nombre y la reputación del Padrino que en los méritos particulares de esta producción. La Parte III se convirtió en el primer Padrino en no tomar la mejor fotografía y, a pesar de una actuación merecida, los esfuerzos de Al Pacino no fueron reconocidos. La falta de entusiasmo de los premios tal vez reflejó una opinión general.
La historia comienza en 1979 en Nueva York, unos veinte años después de que Michael Corleone (Pacino) diera la orden de matar a su hermano mayor. Sus hijos Mary (Sofia Coppola) y Anthony (Franc D'Ambrosio) ya crecieron. María está dedicada a su padre; Anthony es más cauteloso. Él ama a Michael, pero no quiere tener nada que ver con "el negocio", a pesar de que todas las inversiones ilegales han sido despojadas. La familia Corleone es legítima. Al igual que con las otras dos películas, esta comienza con una reunión familiar. La ocasión es la presentación a Miguel de la Orden de San Sebastián, el más alto honor que la Iglesia Católica puede otorgar a un laico. Para un Corleone recibirlo es la máxima marca de respetabilidad. Sin embargo, Michael no está tan fácilmente libre de sus antiguos aliados del inframundo. Cuando hace un juego de $ 600 millones para el conglomerado internacional Immobiliare, quieren una porción del pastel, viendo una oportunidad para lavar su dinero. La negativa de Michael en una reunión de dones pica más que a algunos de sus viejos amigos, y trae una sangrienta retribución. El próximo Don Corleone, Vincent Mancini (Andy García), el hijo de Sonny Corleone, está esperando su oportunidad. Él posee una crueldad y un gusto por la violencia que Michael perdió hace mucho tiempo, y cuando aumentan las apuestas de Immobiliare, el viejo jefe de familia reconoce la necesidad de la juventud y la fuerza. El paso del testigo, sin embargo, conlleva un precio trágico.