"Amadeus" es un extraordinario film de culto multipremiado en los Oscar y Globos de Oro, por Mejor Película y Mejor Director entre otros, dirigido por el legendario cineasta Miloš Forman y protagonizado por F. Murray Abraham y Tom Hulce. La supuesta rivalidad entre Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) y Antonio Salieri (1750-1825), que incluye acusaciones de plagio e incluso la supuesta orquestación de Salieri para ocasionar la muerte del célebre compositor austríaco, fue recogida por primera vez por el poeta ruso Aleksandr Pushkin en su obra para teatro “Mozart & Salieri” (1830) y luego reversionada en la ópera homónina (1898) del también compositor ruso Nikolai Rimski-Kórsakov, para finalmente ser reescrita como obra teatral por Peter Shaffer en “Amadeus” (1979). Sin embargo, dicha supuesta rivalidad nunca ha podido ser confirmada y sólo se ha basado en rumores y ciertas teorías de conspiración, que habrían tenido cierto asidero en un rumor a fines de 1790, cuando Mozart habría acusado de plagio y de querer atentar contra su vida a Salieri, cuya popularidad estaba en decadencia. Según el historiador Alexander Wheelock Thayer, las sospechas de Mozart se fundaban en un incidente ocurrido hacia 1780, cuando Salieri le habría quitado el cargo de profesor de música de la princesa de Wurtemberg.
En consecuencia, todo este material artístico basado en estos rumores, no deja de ser más que una entretenida e interesante ficción, que el propio Peter Shaffer guionizó para el notable film de Miloš Forman, en donde evidentemente se toman muchas licencias respecto a la realidad y que van desde rasgos personales hasta hechos concretos en la interacción entre Mozart y Salieri. Peter Shaffer estrenaría el guión de su obra teatral “Amadeus” en 1979, en Londres. Forman asistiría a dicha obra con la intención de filmar una adaptación cinematográfica, dónde tras quedar maravillado con el primer acto, le confesaría al guionista que si el segundo acto era tan bueno como el primero, haría la película. Shaffer y Forman se abocarían por afinar los detalles del tremendo guión que sería merecedor del Oscar al Mejor Guión Adaptado. Sin embargo, decidieron cambiar sustancialmente dos características fundamentales del libreto teatral para el guión de la película. La primera de ellas suponía que Salieri ya no hablará con el público, que se introdujera un personaje al cual el anciano músico italiano pudiera contarle su historia, que final y acertadamente sería un sacerdote. La segunda, y quizás más importante, fue cubrir la ausencia absoluta de música en la obra de teatro, con la música del legendario músico de Salzburgo.
No obstante, y he aquí otro de los grandes fuertes narrativos del guión, el director propone una visión que aunque nace de su mayor admirador y máximo enemigo al mismo tiempo, no termina por dibujar exactamente a Mozart, dejando en total libertad si las descripciones y valoraciones que hace Salieri, en base a las diferentes emociones que le provoca su rival, resultan acertadas o tergiversadas por el protagónico de Salieri. Así, por un lado, tenemos al italiano Antonio Salieri, músico destacado de la Corte Imperial de Viena, maestro de capilla y de la nobleza, entregado por completo a la música, hombre devoto que ha prometido humildad y castidad. Por otro lado, tenemos al austriaco Wolfang Amadeus Mozart, un genio musical que ya componía sus propias piezas a los 4 años, impetuoso, jactancioso, soberbio y arrogante, pueril e inmaduro pero al mismo tiempo lujurioso y obsceno, que maravilla con una frescura y viveza musical a la que resulta imposible resistirse y que estaría destinada a ser recordada por los siglos de los siglos. Dos hombres a los cuales les tocó coincidir en el contexto de una Viena Imperial fastuosa, en donde se observa el evidente contraste entre las riquezas, las fiestas y orgías de los palacios imperiales y la pobreza de la calles, con la música como uno de los pocos puntos en común para exaltar el espíritu humano.
Las actuaciones son magistrales, no cabe duda que hay genialidad en la estructuración de prácticamente todos los personajes, pero más aún en el de Salieri. Un personaje tan fascinante como auténtico y contradictorio, complejo, trágico y despreciable pero que aún así tiene la virtud de reconocer la genialidad de su rival. La interpretación de F. Murray Abraham es extraordinaria, llena de matices y complejidad, incluso logrando cierta simpatía en parte del público al exponer sus motivaciones para querer destruir a Mozart. Uno de los grandes villanos de la historia del cine, sin tener que ser realmente un asesino despiadado, en donde Murray Abraham, ganador del Oscar y el Globo de Oro por este papel, impone la faceta más maquiavélica y humana de Salieri, desde su miserable propuesta sexual y desprecio a Constanze Mozart, esposa del músico austriaco, hasta la siniestra mirada y sonrisa cuando da cuenta del trágico final de Mozart. Tom Hulce regala una sólida actuación como el célebre Mozart, logrando diversidad de registros, siendo inmaduro y libertino como exigente y arrogante a partes iguales. Elizabeth Berridge encarna sólidamente a Constanze Weber, la joven esposa de Mozart, mujer con un carácter y energía poco habituales en la época.
En definitiva, un extraordinario film biográfico basado en personajes reales, en la práctica, un ejemplo contundente de lo que debe ser una adaptación, creando una narrativa propia y mágica, con ciertos toques de leyenda negra, llena de virtudes narrativas y técnicas, que con total justicia la ubican entre los máximos logros del séptimo arte. Con la majestuosidad técnica, visual y sonora de su dirección artística, fotografía, maquillaje y vestuario, principalmente. Un ritmo e intensidad que Forman le otorga a la cinta no es otra prueba más de un genio contador de historias, que lo haría ganar su segundo Oscar al Mejor Director, dando una clase maestra de lo que es narrar una historia compleja, dramática y extensa.