Van Damme al cuadrado, horror por duplicado
por Rodolfo SánchezEn la plenitud de su carrera como actor –si puede considerarse como tal- alguien tuvo la genial idea de hacer una película en la que el Jean-Claude Van Damme interpretara dos papeles. Si por general le cuesta dar forma a uno, a dos se antoja como empresa harto complicada. Cuando no imposible.
Pero lo hace en Doble impacto. Al menos tiene dos papeles diferenciados a los que consigue matizar con más pena que gloria. Pero es que la película, dirigida por Sheldon Lettich, con quien ha trabajado el actor belga en cuatro ocasiones, no tiene sentido alguno más que proporcionarle a Van Damme la posibilidad de dar mamporros a cuatro manos. Por lo demás, el intento de introducir una cierta consistencia dramática a la narración sobrepasa los límites de lo irrisorio de tal manera que llega un momento en el que se desea tan solo la pirotecnia de la acción, aunque en esto tampoco brille demasiado la dirección. En definitiva, un despropósito multiplicado por dos.
A favor: Ver por duplicado a Van Damme aumenta la posibilidad de risa.
En contra: Que la risa dura poco porque el espectáculo es lamentable.