Crítica de SensaCine.com para Agenda oculta: Terrorismo de Estado

Dentro de los límites del realismo naturalista y los personajes cotidianos por los que siempre ha apostado el cine de Ken Loach, algunas de las películas del británico utilizan con más claridad que otras cauces propios del cine de género. En el caso de 'Agenda oculta', el retrato del terrorismo de Estado practicado durante la represión del conflicto de Irlanda del Norte se convierte en un intenso thriller de conversaciones, reuniones en despacho y revelaciones a contraluz que no tiene nada que envidiar a las novelas de John le Carré.

Esta primera colaboración entre Loach y el guionista Jim Allen (quien después también escribiría 'Lloviendo piedras' y 'Tierra y libertad') marcó un punto de inflexión en la filmografía del cineasta británico, que empezó a volverse cada vez más contemporánea y crítica con el poder. 'Agenda oculta' se estrenó durante el último año de Margaret Thatcher en el Gobierno (el autor tardó tres años en encontrar la producción y distribución necesarias por presiones políticas) y supone una denuncia cruda y valiente de las prácticas de tortura y asesinato de las Fuerzas de Seguridad británicas en Irlanda del Norte dentro de su lucha contra el IRA, pero también una llamada de atención sobre las cloacas morales del poder del Estado. Una denuncia escalofriante, reposada y lejos del maniqueismo.

A favor: Las interpretaciones de Frances McDormand y Brian Cox.

En contra: Al estar la acción basada casi por completo en la verbalización, el interés sufre altibajos.