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    Barton Fink
    Críticas
    4,0
    Muy buena
    Barton Fink

    Sobre la creatividad

    por Rodolfo Sánchez

    Tras Muerte entre las flores, una película como Barton Fink, cuarta obra de Joel y Ethan Coen, resultaba rompedora. Alejándose en gran medida del barroquismo visual y escénico de su predecesora, los hermanos Coen trazaban una historia de aliento intimista acerca de la creación con la figura del gran William Faulkner en mente y, en tono paródico, un acercamiento al Hollywood clásico. Aunque roto en un final exagerado y posiblemente innecesario, el estilo de los Coen en Barton Fink sigue poseyendo algo común en sus primeras obras y es esa tendencia, felizmente abandonada con el tiempo, de hiperbolizarlo todo hasta crear casi caricaturas de los personajes y de las situaciones.

    Sin embargo, en esta película algo alucinada e hipnótica, los hermanos Coen logran trazar el desmoronamiento personal del protagonista (un excelente John Turturro) mediante un tratamiento visual basado en la metáfora tan envolvente como inaccesible durante su primer visionado, entregado mediante una puesta en escena calculada, estudiada y casi geométrica que tan solo se pierde durante su recta final, cuando a los Coen se les va de la mano la narración. Pero Barton Fink mostró a dos cineastas capaces de alejarse de su universo referencial (cinematográfico y televisivo, también del comic) para lanzar una mirada diferente, más personal y retrospectiva. Los Coen se graduaron con Barton Fink, aunque después se estrellaran con El gran salto. Pero dejaron claro lo que Muerte entre las flores o Sangre fácil insinuaba: que estaban llamados a ser referentes del cine venidero.

    A favor: Los actores y el trabajo visual.

    En contra: La parte final, que impide que la película sea redonda.

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