La turbia sonrisa de Gwynplaine y su apariencia de payaso fueron una inspiración clave para Bill Finger, Bob Kane y Jerry Robinson para crear al mayor enemigo de Batman, el Joker.
La grotesca sonrisa de Gwynplaine se consiguió con prótesis. Conrad Veidt tuvo que llevar una dentadura que incluía unos ganchos de metal para sujetar las esquinas de su boca. Esta prótesis le impedía hablar.