Henry Bancroft (Sean Bridgers) y Oshel Hooper (Christopher Berry) son los hijos de unos granjeros que viven en los campos de Carolina del Norte (Estados Unidos), en 1934. Durante la época de la Depresión, los vecinos son forzados por los bancos a abandonar sus granjas ante las deudas. El padre de Oshel muere durante la I Guerra Mundial, lo que empieza a enfadar a los jóvenes. Desilusionados por esta caótica sociedad, ellos deciden empezar a robar bancos para devolver el dinero a sus verdaderos dueños.