En 1890 Vincent Van Gogh se traslada a Auvers-sur-Oise donde trabajará para el doctor Gachet, un gran seguidor de su pintura. Allí, Van Gogh conocerá a la hija de éste, Marguerite, por la que se siente rápidamente atraído. Sus días transcurrirán entre momentos dedicados exclusivamente a la pintura, sus encuentros con su hermano Théo y sus citas esporádicas con cierta prostituta. Vincent teme que la vida poco existencial que lleva y sus exigencias lo vuelvan loco y antes de que esto suceda tomará una decisión drástica.
El artista azul
por Bibi Ramos