Una pareja joven se ve obligada a interrumpir su luna de miel cuando a él, Oliverio Grajales (Esteban Márquez), le avisan de que su madre ha caído en cama gravemente enferma y que se encuentra en sus últimos días. Los recién casados acuden rápidamente a la casa y allí descubren que el resto de hijos no están cuidando adecuadamente de la madre y, en vez de eso, discuten por su herencia. Esta le pedirá a Oliverio que se desplace hasta Petaplán y traiga al licenciado Figueroa, quien se encargará de redactar su testamento. El joven se sube a un destartalado autobús dirigido por el chófer Silvestre (Luis Aceves Castañeda). El viaje será un trayecto lleno de episodios curiosos. Entre otros, otra pasajera empieza a tirarle los trastos y está empeñada en que hagan el amor.
Presentada en 1952 en el marco del Festival de Cannes, Luis Buñuel dirigió esta comedia rodada en localizaciones mexicanas.
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