Almodóvar al desnudo
por Mario SantiagoPoco después del apogeo manierista que supusieron películas como ‘Kika' o ‘La flor de mi deseo', y poco antes de sucumbir a la pomposidad de ‘Hable con ella', Pedro Almodóvar ganó un Oscar de Hollywood gracias a una de sus películas más equilibradas. Aunque aquí no hay que confundir el equilibrio con la mesura. ‘Todo sobre mi madre' se regodea en el exceso: en la exaltada defensa de la libertad sexual (vestida de transexualidad), en la florida celebración del lenguaje coloquial (esas odas a la "polla") y en la desaforada adscripción al melodrama de mujeres. Una invocación del cine de género que tiene mucho de homenaje a los referentes yanquis del universo de Almodóvar: de Tennessee Williams a John Cassavetes, pasando por Truman Capote o Joseph L. Mankiewicz. Un juego de reciclaje posmodernista que el director manchego sabe reconducir hacia tragedias imposibles —esa monja embarazada de un transexual y enferma de SIDA— que terminan revelando unas cuantas verdades acerca de la lucha del ser humano por (sobre)vivir con dignidad.
A favor: La maestría del Almodóvar guionista a la hora de hilvanar con claridad y solvencia un verdadero carrusel de calamidades.
En contra: La fascinación de Almodóvar por el personaje de Antonia San Juan provoca algún desajuste en el relato.