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    Secuestradores de cuerpos
    Críticas
    2,5
    Regular
    Secuestradores de cuerpos

    Un Ferrara menor

    por Rodolfo Sánchez

    Después de haber rodado en 1990 un notable película, El rey de Nueva York, y en 1992, la magistral Teniente corrupto, Abel Ferrara aceptó un proyecto menos personal pero presentaba bastantes posibilidades dado el material de partida y su idiosincrasia como creador: una nueva adaptación de la novela de Jack Finney que ya fuera lleva al cine de manera excelente por Don Siegel en 1956, de forma notable por Philip Kaufman en 1978 y, después, en 2007, por Oliver Hirschbiegelen Invasión. Cuatro adaptaciones de una obra abierta a un trabajo metafórico muy interesante así como a un juego malsano, dos aspectos que encajaban a la perfección en Ferrara y que, sin embargo, no están del todo presentes en Secuestradores de cuerpo.

    Desarrolla en una base militar, la película busca el lanzar una mirada hacia las nuevas formas de hacer la guerra como las nuevas formas de controlar el mundo. Pero el excelente arranque va perdiéndose paulatinamente a lo largo del metraje hasta quedar en una película interesante pero poco más, lo cual resulta triste teniendo en cuenta el potencial del texto de partida y la personalidad de Ferrara como cineasta. De la impresión de que esta se vio cohibida por el peso de la producción, aunque se trataría de una simple excusa para una obra con interés político en su visión del estado de las cosas pero nada comparable a las otras tres adaptaciones, pobre en ritmo, con buenos efectos especiales pero carente de vida, de esa pasión que, estén mejor o peor, casi siempre tienen las películas de Ferrara.

    A favor: El arranque.

    En contra: Que Ferrara perdiera la oportunidad de hacer algo más incisivo y personal.

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