Camino de California, una típica família de clase media norteamericana sufre una avería en medio del desierto. A partir de ese momento, el viaje se tornará un calvario para ellos, intentando sobrevivir a una siniestra familia de caníbales...
Como muchas películas de terror, todo parte de una familia rumbo a California, al adentrarse por unas inhóspitas tierras, el coche les deja abandonados. Con aire setentero y muy cutre, quizás esto último por los pocos medios, las prisas y la falta de ideas.
Wes Craven busca hacer una obra incómoda y repulsiva, tensa y con buenas dosis de terror, pero se queda en un buen intento ante lo que es una película muy modesta pero con buenas intenciones. Los vestuarios son de chiste, las actuaciones muy deficientes y unas escenas de acción muy insulsas y con falta de nervio. Toda la obra en sí carece de nervio, los antagonistas no infunden respeto, son unos cromañones con una vestimenta bastante cutre y que subsisten a base de carne de cualquier animal y de comer personas. Los protagonistas tampoco son personajes interesantes, el padre es un ex-policía y el que pareciera que va a tomar las riendas del asunto, pero es el segundo en morir si contamos que el primero es uno de los dos perros, y los demás son un grupo de jóvenes estúpidos que sólo piensas en tener sexo y vivir la vida hollywoodiense de Los Ángeles, y la madre que parece más loca que los simios medio humanos que los intentan cazar. No empatizas con ellos en ningún momento.
El guión no es nada del otro mundo, aunque la historia tampoco transcurre de forma lenta, no se hace muy pesada y tiene algo de dinamismo, pero se siente toda la obra con mucha falta de peso. La dirección está bien, ya dejaba atisbos de lo que será su legado, pero falta mejor cohesión entre escenas y muchísimos más medios. Pareciera también que solo buscaba ser visceral y sucia, y no te entrega nada más interesante en otros aspectos fundamentales en una película. Ha envejecido bastante mal la verdad.