Karin es una joven enferma mental que sufre diversas alucinaciones y cree que tras una pared de la casa en la que vive se aparece Dios. Ella, como si se tratase de un encuentro que ha de producirse de manera forzada, lo espera cada día. Pero no sólo a Dios, Karin también ve otros fantasmas y apariciones.
Durante el estío, su padre, un escritor siempre inmerso en sus cosas y muy distante con su familia, va a pasar una temporada junto a su hijo adolescente (el único que conoce el problema real de su hermana y que se convierte en su confidente), su hija Karin y su marido, un médico que lleva años cuidándola con gran mimo. Las vacaciones no resultarán nada plácidas para la familia, en especial para el padre, que se da cuenta de la gravedad de la enfermedad de su hija y su incapacidad para ofrecerle la ayuda que necesita, el cariño y la comprensión.
