Eso es precisamente lo que representa el cine para mi: una vía de escape a otros mundos paralelos, un lugar irreal y disfrutable, donde evadirse y olvidarse de los problemas y la realidad del día a día. Para mi el cine no es un simple negocio, donde algunos solo le interesa hacer pelis realistas, deprimentes y/o de propaganda para ganar premios y hacerle la pelota a los críticos, para mi se trata de hacer magia y zambullirse en universos ficticios e ilusorios, donde vivir aventuras y disfrutar, ya sea en cine, TV o Internet, y evadirme de la realidad del día a día. Yo amo la ficción mas que otro genero, es el tipo de cine con el que me crié, el que se hacia en los 80 y 90, esas pelis entretenidas molaba mucho más, había buenas ideas y te perdías en otro universo, así aprendí yo a amar el cine, y por eso quise hacerme cineasta, sin embargo la mayoría de pelis que se hacen en Hollywood hoy en día apestan.
Me siento identificado con el personaje de Danny Madigan, el chaval que disfruta viendo las pelis de su héroe Jack Slater interpretado por Chuache en un cine abandonado y en ruinas, para él es su forma de vida y de pasarlo bien, pues así es como me siento yo viendo pelis 100% ficticias e irreales, nada de las de reflexión histórica y melodramas de denuncia social, esas me deprimen y me amargan el día. Soy de los que opinan que se va al cine a disfrutar y no a sufrir.
Citando a Nick el simpático y entrañable proyeccionista, y gran amigo de Danny: “Hay muchas cosas peores que las películas: los políticos, las guerras, los incendios forestales, el hambre, las plagas, la enfermedad, el dolor, los políticos, ya los ha nombrado, si ya lo sé, son dos veces peores que todo lo demás”. “El último gran héroe" es un reflejo y un ejemplo de lo que realmente significan las pelis para mi, una carta de amor al cine ficticio, escapista, palomitero y de entretenimiento, en su día fracasó y la critica mas remilgada la machacó injustamente, al menos tiene seguidores y se la considera un film de culto.