Crítica de SensaCine.com para Daniel el travieso: Travesuras infantiles

En 1984 Nick Castle debutó en la dirección con Startfighter: La aventura comienza, una medianía de ciencia ficción que, sin embargo, tuvo una cierta repercusión en su momento, aunque fuera algo efímero y ahora apenas se recuerde. Tras ella, un par de película sin apenas interés hasta llegar a 1993, año en que dirige Daniel el travieso, tras la cual, alguna que otra obra sin relevancia.

Pero todas ellas apuesta por una dirección, la del cine familiar, el cine de entretenimiento ligero más o menos bien orquestado pero sin más pretensiones que entregar una película de consumo rápido. Daniel el travieso, jugando con el personaje del comic, es exactamente esto. Y no es poco. Sin llegar a ser una buena película, cumple con sus objetivos, creando una narración más o menos sencilla de seguir y basada en las travesuras de un niño que resultaba menos odioso en papel que en pantalla y consiguiendo que la presencia de Walter Matthau aporte algo de personalidad y sentido a una obra destinada a los más pequeños y a alguno más.

A favor: Matthau.

En contra: Para los adultos puede resultar demasiado aburrida.