Crítica de SensaCine.com para El abogado del Diablo: El cuerpo y el delito

Normalmente la filmografía de Sidney Lumet que tiene lugar durante la década de los 90 tiende a silenciarse con el propósito de poner el acento sobre otros periodos más afortunados o interesantes dentro de la dilatada carrera artística del cineasta. Pero, si bien parece comprensible pensar que la calidad media de las películas de Lumet durante los 50, 60 y 70 es mucho mayor a la demostrada durante el último tercio de su obra, hay constantes que el director de '12 hombres sin piedad' nunca abandonó y sirven para salvar los muebles de proyectos peliagudos, como este drama judicial con presuntos tintes de thriller erótico que protagonizan Don Johnson y Rebecca De Mornay con claras asimetrías respecto al tono que deben emplear.

Es muy extraño que Lumet, uno de los directores del llamado Hollywood televisivo (por el origen catódico de una generación de cineastas; en el caso de Lumet, combinada con montajes teatrales en el Off Broadway) que más importancia daba a los ensayos y la dirección de actores, mantuviera en la película la disparidad de registros entre Johnson, caricaturesco y socarrón como un donjuan acusado de asesinato, y De Mornay, seria y competente como su abogada y presa sexual. Quizás fuera un efecto buscado para contrastar el tramo final de brocha gorda que no hace justicia a los cimientos de juego del gato y el ratón que el guión de Larry Cohen había levantado.

A favor: La habitual maldad y retorcimiento del guión de Larry Cohen.

En contra: El tufillo a mal telefilme de sobremesa que puede tener en ocasiones.