Road-movie de ciencia ficción
por Rodolfo SánchezSi ha habido un cineasta viajero en los últimos años, este ha sido Win Wenders. Cuando apenas se comenzaba a hablar de la apertura de fronteras y la globalización en la que en principio nos encontramos, Wenders ya trazó varios viajes a lo largo del mundo mostrando esas conexiones existentes, eliminando fronteras a partir del cine y de la música.
Hasta el fin del mundo, planteada como una road-movie de ciencia ficción en la que la realidad y la fantasía se dan la mano, nos adentra en una narración irregular pero fascinante que con una banda sonora imprescindible, unos planteamientos teóricos dentro de la historia reveladores y un reparto magnífico radiografía una realidad que, modificada a través de la ciencia ficción, se nos presenta como cercana gracias a la capacidad evocadora de Wenders de trabajar el paisaje más allá del mero ornamento convirtiéndolo en una parte esencial del relato. Un relato que, pasados varios años desde su realización, convierte a Hasta el fin del mundo como una película premonitoria, aunque muy olvidada.
A favor: La capacidad fabuladora de Wenders y la banda sonora.
En contra: Es demasiado larga y caótica en su estructuración, lo cual puede despistar al espectador a pesar de que se siga el relato sin problema.