Mujer eterna
por Bibi RamosPartiendo, como ha sido habitual en unas cuantas muestras de su producción cinematográfica, de una novela de Agustina Bessa-Luís (a su vez parte del hito literario Madame Bovary, el más que centenario autor portugúes Manoel de Oliveira se encarga de la traslación cinematográfica de El valle de Abraham. Nos cuenta un monumental y ejemplar drama romántico protagonizado por la hermosísima Ema (Leonor Silveira), cuyo padre decide casarla con el Dr. Carlo Paiva (Luís Miguel Cintra), pero ella enseguida se da cuenta de que no es feliz y de que, como vida no hay más que una, hará todo lo posible por ejercer su libertad y aquello que considera que puede otorgarle plenitud.
Se trata de un filme de evidente envoltura teatral y con un fuerte peso intelectual y es simultáneamente un contundente fresco emocional y sociológico situado en escenarios próximos a la cuenca del río Duero y que abarca casi medio siglo, entre 1940 y 1990. Ese valiente personaje femenino será un vehículo que por su conducta y carácter pondrá en tela de juicio el machismo, incultura y caducidad de los valores imperantes.
A favor: Su capacidad para, a través del cautivador retrato de la protagonista, cuestionar los valores de un período que resulta, además, actual en varios aspectos.
En contra: En algunos momentos a uno puede hacérsele excesivo su metraje.