"Parque Jurásico" es un interesante y exitoso inicio de la Saga “Jurassic Park” dirigida por Steven Spielberg. El film está basado en la novela homónima de Michael Crichton, novelista de cierto éxito por las adaptaciones cinematográficas de sus obras en los 70s. El magnate John Hammond invita a un trío de importantes científicos a analizar la factibilidad de su nuevo proyecto empresarial, la isla temática “Jurassic Park”, luego de que sus laboratorios lograran clonar dinosaurios del período Mesozoico y esté listo para abrirlo al público. Sin embargo, fallas de seguridad pondrán en grave peligro no sólo el proyecto de Hammond sino muchas vidas humanas. En consecuencia, el leitmotiv de la novela y luego de la película no sería la más original de las ideas, quién daría prioridad a la aventura y a la acción por sobre los principios filosóficos que conllevan a traer de regreso a la vida a los dinosaurios. Y es que a diferencia de los films de los 50s, en donde los saurios habían regresado a la vida producto de la amenaza nuclear, el director deseaba que de todas formas se mantuviera un dejo de crítica moral a la clonación.
De acuerdo a la trama, los científicos de Hammond lograron clonar a los dinosaurios a partir de material fósil hallado en mosquitos prehistóricos que se alimentaron de dinosaurios durante la época jurásica, preservados en ámbar a través del tiempo. Así tenemos al multimillonario John Hammond, quien lleva a la realidad su sueño de clonar dinosaurios en la Isla Nublar, en donde ha construido un circuito científico de entretención, una suerte de parque temático de los antiguos saurios, con un tremendo aparato publicitario, que mueve millones de dólares. No obstante, para abrirlo al público, requiere la autorización “moral” de un grupo de expertos. Como es de esperar, las medidas de seguridad del recinto no son suficientes para detener el instinto natural de los saurios carnívoros, por lo que se desata el caos en la isla, poniendo en peligro la vida, incluso de los nietos de Hammond. Es así como el capricho de un viejo millonario, por un lado, y la ambición desmedida de un funcionario de “Jurassic Park” deseoso de robar material para venderlo a la competencia, por el otro, se convierten en las excusas necesarias para generar un espectáculo de acción y aventuras como hacía tiempo no se veía, en donde lo narrativo queda inevitablemente en segundo plano ante las increíbles escenas de recreación de dinosuarios paseándose por la Isla Nublar.
Spielberg se hizo rodear de los mejores efectistas especiales de Hollywood, para recrear lo imposible y traer a la vida a los gigantescos reptiles, como lo que eran, animales y no monstruos. Vale destacar la labor de Winston no sólo en el trabajo artesanal de los animatrónics, sino en su visión comprehensiva para recrear a los saurios, involucrándose desde la investigación paleontológica, pasando por el diseño de éstos hasta su confección, a partir de fibra de vidrio, arcilla, látex y pintura, que fueron de los 2 a los 6 metros de altura. Se redujeron de 15 a 6 los tipos de dinosaurios que serían recreados, contabilizando tironasaurios, velociraptors, dilophosaurus, triceratops, brachiosaurus y gallimimus. Los programadores digitales se hicieron a la tarea de crear escenas de movimiento de los dinosaurios a partir de los animatrónics, que sirvieron de base a las escenas recreadas por CGI, que incluso en nuestros días brillan por su detallismo y realismo visual. Trabajo que fue ampliamente valorado por la crítica, y que recibió el Oscar a los mejores efectos especiales. Las escenas de acción son paradójicamente tan notables en cuanto a magia visual como absurdas en términos lógicos, con los personajes protagónicos enfrentándose directamente al implacable instinto carnívoro de velociraptors y tiranosaurios, corriendo más rápido que los saurios y salvándose milagrosamente de sus embates. Estas escenas que son verdaderas postales audiovisuales, incluyen desde la increíble escena del ataque del T-Rex al vehículo que lleva a los nietos de Hammond, la persecución del gigantesco reptil al vehículo que lleva a los científicos hasta el ataque de los velociraptors en la cocina del comedor de “Jurassic Park”.
Las actuaciones es uno de los puntos cuestionables, en mi opinión, las interpretaciones encabezadas por Sam Neill, Jeff Goldblum y Laura Dern, que al parecer no están conscientes de que están observando dinosaurios. Del trío protagónico, Neill es el más destacable como el Dr. Grant, experto en dinosaurios, demostrando carisma y bastante inteligencia intelectual y emocional. No así Goldblum quién encarna al Dr. Malcolm, el cual se me hace algo irritante en su faceta de científico, pero en donde al final de cuentas logra horrorizar al espectador con su transformación psicológica. Por su parte, Laura Dern no logra establecer un equilibrio de género con su rol de la Dra. Sattler, quedando relegado a un segundo plano. El reparto secundario resulta más efectivo, comenzando con el ganador del Oscar Richard Attenborough como el magnate John Hammond. Bob Peck como el guardaparques. Martín Ferrero encarna al abogado de Hammond, Donald Genaro. Wayne Knight como el programador Dennis Nedry, empleado que roba las muestras genéticas y ocasiona el caos al desactivar el aparato de seguridad del parque. Y Samuel L. Jackson encarnó al ingeniero de seguridad del parque. Los empalagosos “niños Spielberg” fueron interpretados por Ariana Richards y Joseph Mazzello, Lex y Tim Murphy.
En definitiva, una película con una magnífica puesta en escena, planos excelentes, buenos movimientos de cámara... Acompañado de la inconfundible y monumental banda sonora de John Williams, hermosa y melódica en ciertos momentos, atronadora y épica en otros e incluso terrorífica en algunas escenas. Una de los máximos logros visuales de Steven Spielberg aunque no tenga la brillantez narrativa de otras de sus obras. Y el inicio de una de las franquicias más exitosas de las últimas décadas.