En un primer momento, Michael Cimino, el director de la película, había pensado en los actores Nick Nolte o Jeff Bridges para interpretar al policía Stanley White. Sin embargo, tras trabajar con Mickey Rourke en La puerta del cielo, Cimino se decidió por él.
Las tomas exteriores de la ciudad de Nueva York eran, en realidad, un decorado construido en Carolina del Norte. Los decorados eran tan realistas, que consiguieron engañar al mísmisimo Stanley Kubrick, quién asistió a la premier de la película.
Cuando se estrenó la película, la comunidad de chinos en América protestó. Éstos creían que en el largometraje se estaba mostrando una imagen equivocada y estereotipada de Chinatown.