El renacer del cine español
por Rodolfo SánchezÁlex de la Iglesia fue de esos directores que, tras un corto que impresionó allí donde se proyectaba, Mirindas asesinas, dio el salto a la dirección con el largometraje Acción mutante, una de las óperas primas del cine español que hicieron de la década de los noventa un espacio de apertura a nuevas formas de hacer cine en España, nuevas miradas, nuevos acercamientos. Un cine que rompía con la tradición tanto como la reformulaba introduciendo no pocos elementos externos. Con Acción mutante, de la Iglesia demostraba algo que después dejaría claro en todas sus obras: su extraordinaria capacidad visual a la para que su incapacidad para la mesura, la cual haría que sus películas estuvieran más equilibradas mejor cerradas. En su ópera prima, es aceptable esa desmesura, en sus obras siguientes, no tanto. Pero el cineasta ha evolucionado poco a este respecto, si bien ha sido capaz de pulir otros elementos, como sus guiones. En Acción mutante todo es desmedido, y tiene su gracia, aunque en determinado momento la película se hace tan excesiva, que cansa. Las referencias se acumulan y acaba deviniendo en una obra de enorme imaginación visual pero sin un punto al que aferrarse, en la que la violencia es entregada sin reparo alguno. Una película diferente, sin duda alguna, una rareza, una propuesta que mostraba que en el cine español se podían hacer otras cosas. Y así fue.
A favor: El desparpajo del director a la hora de entregar tan magna locura.
En contra: Que tanta locura acaba cansando por reiterativa.