Baile de parejas
por Diana AlbizuComo conclusión a su tetralogía de cuentos dedicados a las Cuatro Estaciones, Eric Rohmer (que ya cumplía 79 años), decidió volver a uno de los motivos temáticos principales de la primera entrega en la serie de películas, 'Cuento de primavera' (1990), y organizar su retrato otoñal del vinícola sur de Francia en torno a un juego de parejas donde los elementos más activos son los personajes con aspiraciones casamenteras y aquellos deseando dejarse seducir. Como sucede con gran parte de la filmografía del cineasta galo, Rohmer hace que sus comedias románticas sean a la vez un fresco humano de lo más rico y consistente, donde no hay miedo a que conozcamos a los protagonistas tanto a través de sus fortalezas como debilidades.
Isabelle y Magali, interpretadas por las dichosamente reencontradas actrices rohmerianas Marie Rivière y Béatrice Romand son dos buenas amigas. La segunda, vinicultura y viuda, se siente sola pero demasiado ocupada con sus viñedos para conocer gente, lo que estimula el apetito demiúrgico de Isabelle y de la joven Rosine (Alexia Portal), novia del hijo de Magali, para buscarle pretendientes de rocambolesca manera. Lo que ocurre es que, con Rohmer, lo forzado o no que puedan estar las situaciones nunca se llega a percibir, tan embriagados como estamos con los caldos que suelta en forma de endiablados diálogos y vivisecciones morales al aire libre.
A favor: La reunión de actrices rohmerianas: Marie Rivière y Béatrice Romand.
En contra: Que no haya muchas comedias románticas igual de agradables y naturales.