Crítica de SensaCine.com para Las mejores intenciones: Amar en tiempos revueltos

Película que supuso la segunda Palma de Oro de Cannes para Bille August, cinco años atrás la ganaba con Pelle, el conquistador, Las mejores intenciones es, sin duda, el mejor trabajo del cineasta sueco. Este proyecto, que nace como serie de televisión luego estrenada en cines en una versión reducida, parte de un guión original de Ingmar Bergman en el que el director de Persona relata con detalles la complicada historia de amor de sus padres en la Suecia de principios de siglo.

De una factura impecable, tanto la dirección de August como el libreto de Bergman son de una elegancia y precisión quirúrgica, sin subrayados innecesarios y con picos de emoción trabajados, la película es un drama sin concesiones que desde la primera secuencia, un excelente diálogo entre dos miembros de una misma familia lleno de rencor y ajustes de cuentas, deja claro al espectador la dureza de una historia que en ningún momento es suavizada por esta dupla de gigantes de la cinematografía sueca.

A favor: el bellísimo tema musical central del filme compuesto por Björn Linnman y Stefan Nilsson

En contra: la cara de pasmarote del actor que interpreta al padre de Ingmar Bergman, Samuel Fröler