Betty (Béatrice Dalle) y Zorg (Jean-Hugues Anglade) son una pareja de amantes apasionados que viven en una cabaña en la playa. Él es un manitas que se gana la vida haciendo pequeños trabajos que le permiten ir corriendo con los gastos diarios y las facturas. En un primer momento, vemos cómo su relación es especialmente sexual. Zorg va narrando la historia en off. Betty es más salvaje y caótica y anhela una vida mejor. Dejó su último trabajo como camarera porque su jefe la acosaba. El jefe de Zorg le encarga que pinte 500 casas que se encuentran en la playa, pero a Betty le hace creer que solo es una. En un primer momento, ella está entusiasmada con el nuevo proyecto, pero enseguida descubre el número real y entra en cólera. Su airada respuesta no se hará esperar. Betty decide pintarle el coche de rosa al jefe de Zorg, por el abuso y sobreexplotación a la que somete a su compañero.
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