Últimas opiniones sobre Philadelphia

Gran película sobre una época en donde el sida comienza a aparecer y cómo se van superando las discriminaciones que aparecen

Es una buena película dramática; la actuación de Tom Hanks es excelente; la recomiendo si quieres ver un buen drama judicial.

Una extraordinaria historia que se enfrentó de manera descarnada al tema de la discriminación, en el sentido más amplio de la palabra, y lo hizo en 1994, cuando no estaba de moda ni daba dinero hacerlo. Una joya del cine. Tom Hanks hace una interpretación ejemplar. Además, su banda sonora es totalmente conmovedora y entra como un guante.

ya hice todos los pasos, me inscribi y active la cuenta y aun no puedo ver esta pelicula, por que ? quiero verla y cada vez que pongo para verla automaticamente me pone el trailer y lo que realmente necesito ver es la pelicula.

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"Philadelphia" es una conmovedora y fabulosa crítica al sistema norteamericano, dirigida por Jonathan Demme, y protagonizada por Tom Hanks y Denzel Washington. El material dramático lo proporciona el guionista Ron Nyswaner, también homosexual y con un sobrino de 18 años infectado por el SIDA. Es posiblemente, una de las mejores películas sobre esta temática, con un excelente guión, actuaciones, fotografía, música, no existe detalle mal puesto, bien pensado. Nace de una historia verídica en la cual se basa pero no es real, eso es algo que hay que enfatizar, porque muchos creen que Andrew Beckett existió. Existió un caso similar de abogado contra su bufete, pero todo el entorno que rodea al protagonista es ficción, aunque hoy en día ser amigo gay es algo muy normal, en los 90s aún no era así y mucho menos la aceptación del SIDA dentro de las familias como se muestra en el film. En aquellos años era sinónimo de exilio familiar, social y laboral. Si bien, es una cinta de muchísima importancia para el entendimiento, no solo de la enfermedad sino de aceptación a los gays, creo personalmente que abrió caminos hacia la tolerancia y el respeto hacia cualquier condición sexual y social.

La cinta fue un gran manual de los brotes y contagios de la enfermedad, eso hizo que la maza ignorante saliera de las salas de cine, con un poco de respiro y tener una aptitud más conciliadora hacia los portadores. En el filme, se puede observar sin tapujos los escrúpulos y el rechazo de la gente hacia las personas infectadas por el VIH, especialmente hacia las homosexuales. Se refleja claramente la poca simpatía de la que gozaban los homosexuales entre la mayor parte de la sociedad del momento, y el hecho de que la infección VIH se extendiera de forma más rápida y patente entre ellos, contribuyó a marginar aún más a estos dos colectivos. La evolución de la enfermedad y su tratamiento se muestran bastante fielmente de acuerdo a la realidad del SIDA en ese momento. Sin embargo tanto realismo, está maquillado de una forma muy sutil por el cuento de hadas que acompaña al enfermo, esa actitud positiva de bandera frente al marido enfermo por una infidelidad, la familia y ese baile de disfraces, la parte opera de María Callas, el funeral y fiesta final. Todas las ideas preconcebidas por los heteros de ese entonces, porque en los 90s cuando decías en casa que eras gay te echaban a la calle o te llevaban al psicólogo, no era tan sencillo y la mayoría de abogados gays estaban casados con hijos y se paseaban al final de las tardes por los cruising de las metrópolis. Dicha parte, si se ve reflejada en la película, porque fue así como se contagio Andrew.

Es un mazazo contra la hipocresía social. Todo el mundo dice que acepta y empatiza con los seropositivos, pero se intentan mantener las distancias con ellos. La discriminación existe desde los bajos fondos hasta las altas esferas, y los enfermos de VIH se ven casi repudiados por una sociedad, que antes les estrechaba la mano como a un igual. En un "te ayudaré, pero mantente alejado de mí, maricón", claramente expresado en el personaje de Joe Miller: una persona justa, honrada, un ciudadano ejemplar, con fuertes convicciones morales pero con el veneno de los prejuicios impuestos por el sistema. Uno de los dramas que mejor refleja la hipocresía especialmente de algunos sectores clasistas, elitistas intolerantes de la población. Es un dardo a ese tipo de sociedad norteamericana llena de prejuicios. Temas como la intolerancia, injusticia, racismo, homofobia y rechazo ante los infectados por el virus del SIDA se citan en el film. Con el paso de los años la ignorancia sobre el tema y la solidaridad con el portador de VIH son mayores, pero aún queda mucho por superar. Películas como están, ayudan a que este tema no sea tan tabú hoy día, aunque evidentemente queda algo desfasado. Me parece muy acertada la deliberada oscuridad cromática, en la obsesión de acercar la cámara a los personajes, es donde la textura encuentra su razón de ser. Esas imágenes transmiten una sinceridad y cercanía al drama personal de Andrew.

Las actuaciones son impecables, Tom Hanks interpreta el papel de Andrew Beckett de forma brillante. La escena María Callas aunque tópica, es genial, que un hetero saque su lado femenino como lo hace Hanks es de genialidad absoluta. Denzel Washington encarna a Joe Miller, abogado de Beckett, por su lado, podemos ver como su personaje crece como persona hasta el momento de llorar y abrazar, pasando de cliente a amigo a un infectado gay y cuando sucede ni se percata que sucedió. Antonio Banderas interpreta a Miguel Alvarez, poco que destacar, es otro de los clichés del film, seguro que si no lo hubieran puesto tampoco se le habría notado. Un malvado Jason Robards en la piel de Charles Wheeler. Ron Vawter como Bob Seidman. Robert Ridgely encarnó a Walter Kenton. Joanne Woodward personificó a Sarah Beckett. Y Mary Steenburgen como Belinda Conine, con una interpretación que merece pasar a los anales de la historia del cine, como una de las peores "arpías" vistas en pantalla. El resto del reparto secundario están bastante correctos.

En definitiva, fabulosa crítica al sistema norteamericano, una representación de la realidad desde el punto de vista del creador de la película. Que recoge los problemas sociales de actualidad exponiéndolos al público no sólo para su mero conocimiento, si no como en este caso, para reflexionar sobre ellos, mirarnos en el espejo de nuestra conciencia y ver cómo actuamos ante lo inquietante. Del cual abrió caminos hacia una sociedad más tolerante y sobre todo fue una clase magistral en súper masa sobre el SIDA. El aguante sobrehumano, el sufrimiento familiar o la comprensión de la pareja, son algunos de los puntos más emotivos de un largometraje excelente y merecedor del buen regusto cualitativo que ha dejado en la mayoría de cinéfilos.