Sobre los derechos humanos
por Rodolfo SánchezA partir de la novela de Naguib Mahfouz, Arturo RIpstein, junto a su guionista más habitual, Paz Alicia Garciadiego, dio forma a Principio y fin, sino su mejor película si una de las más redondas y más incisivas.
Ripstein abandona en gran medida su barroquismo y excesos visuales para entregar una obra cruda y visceral, directa, profunda y en momentos hiriente sobre la pobre y la magnitud de las consecuencias que algunas decisiones extremas llegan a tener. Pero para ello, Ripstein apuesta por la mirada humanista, que no lacrimógena, para trazar este duro retrato de una familia en descomposición tanto moral como económica en una sociedad en la que los derechos de las personas pueden acabar valiendo tan poco como el dinero que posean. Quizá la propuesta adolece en algunos momentos de una cierta obviedad en algunos de sus planteamientos, pero es un mal menor dentro de una obra certera y que, pasados veinte años, vuelve a ser de una relevancia que da pavor al ver a diario cómo, al igual que la familia de la película, muchas tantas en la vida real se enfrentan a situaciones similares o parecidas a las descritas en la película.
A favor: Los actores, la crudeza de la propuesta.
En contra: Que caiga en determinados momentos en lugares comunes.