Probablemente Juego de Tronos vaya a ser la última serie que seguimos como sociedad de manera colectiva y ansiosos por cada episodio, teorizando y viendo con la boca abierta sin perdernos ni un solo capítulo de estreno. En un momento de “Voy por la temporada 2”, “Aún no he empezado” y “No me hagas spoilers”, entonces era raro encontrar a alguien que no estuviese al día. Y claro, eso ha dejado un legado.
Hay algo en Tyrion que no es igual
La IA causa terror en gran parte de la población, pero eh, entre que la legislan y amenaza con llevarse nuestros trabajos, va haciendo cosas divertidas. Por ejemplo, convertir Juego de Tronos en una película Disney con diseños más o menos conseguidos: Tyrion es fabuloso, pero Sansa es, por ejemplo, más intercambiable.
Cabe recordar que Juego de Tronos siempre fue pensada como una serie por David Benioff, que se devoró la primera novela en 36 horas y convenció a George RR Martin de ser uno de los showrunners tras responder a la pregunta “¿Quién es la madre de Jon Nieve?”. Y, sobre todo, su padre, porque a falta de que las novelas lo confirmen, en la serie quedó bien claro que apoyaban la teoría de que fuera Rhaegar.
Mientras vemos imágenes de IA y pensamos en lo decepcionante que fue su final, los spin-offs de la serie siguen en producción. Además de la temporada 2 de la fabulosa La casa del dragón, tenemos una serie secuela de Jon Nieve, una serie animada, otra sobre Corlys Velaryon (sí, sería un spin-off de un spin-off) u otra de la princesa Nymeria. Aún queda mucho para verlos, así que toca esperar y pensar qué hubiera sido de la serie si Disney+ se hubiese hecho cargo de ella…