Una especie de precuela porque la serie refleja la vida de los personajes creados por el escritor Robert Bloch unos quince años antes de los hechos llevados a la gran pantalla por Hitchcock en 1960, pero transportados al siglo XXI. Así veremos a un adolescente Norman Bates con diecisiete años y a su atractiva madre, tanto el aspecto de ellos, sobre todo Norman, como el de la casa y el Motel tiene un aire retro y sesentero, sin embargo, podemos ver como usan teléfonos móviles, ordenadores o conducen coches de alta gama. La combinación resulta algo extraña, lo sé, a mí me constó acostumbrarme, pero la trama resulta tan atractiva y los personajes tan fascinantes que puedo perdonarlo.
Según avanza la primera temporada se van descubriendo numerosas subtramas y además de ver la evolución en la relación de Norman con su madre, conoceremos a Dylan, hijo mayor de Norma y hermanastro de Norman que nunca se ha llevado bien con su madre e intenta que Norman se aleje de ella. Secuestro, asesinato, ajustes de cuentas, abuso sexual, cultivo de drogas, amor adolescente y muchos secretos serán los protagonistas de las distintas tramas en que se verán envueltos los habitantes del pueblo. Un pueblo que, como pasaba en la mítica "Twin Peaks", es un personaje en sí mismo y cada nuevo habitante que conocemos resulta más inquietante que le anterior, quedando patente que no todo es como parece en el apacible pueblo de White Pine Bay, quizás una metáfora de lo que siente en su interior Norman Bates.
Lo que hace Bates Motel tan fascinante son los personajes centrales de Norma y Norman y adentrarnos en su relación, no importa saber como acabará, lo interesante es ver cómo lo desarrollan. Norma Bates, a la que da vida de manera magistral Vera Farmiga, en un principio, la actitud de Norma no resulta del todo extraña, no se lleva bien con su hijo mayor, acaba de morir su marido y está empezando con su negocio, es normal que quiera tenerlo todo controlado y que sobre proteja a su hijo pequeño, aunque este, en plena adolescencia no quiere a su madre pendiente de todo lo que hace.
Sin embargo, uno de los grandes descubrimientos de la serie es Freddie Highmore, aquel chico que heredó la fábrica de chocolate de Willy Wonka ("Charlie y la fábrica de chocolate", 2005) que ahora tiene 21 años y la capacidad de parecer tierno e inocente o completamente perturbado. Norman Bates es un muchacho dulce que siempre quiere agradar a su madre y que tiene una gran dependencia de ella. Algo que en principio puede ser normal, el padre acaba de morir, se han mudado de ciudad y solo se tienen el uno al otro. Sus miedos, su ansiedad reprimida, sus pensamientos encontrados y sus posibles problemas mentales serán el centro de la serie.