Reddington disfruta de un tiempo de descanso, tras descubrir la identidad del asesino de Elizabeth, y ocuparse de que una tragedia de estas dimensiones no se vuelva a repetir. Su momento de paz llega a su fin cuando aparece en escena Wujing, uno de los primeros criminales que capturó. Wujing traza un plan para liquidar a Reddington, y para ello recluta a varios delincuentes que están encantados de poder dar su merecido al hombre que los metió en prisión.