Issa intenta rehacer su vida trabajando como conductora de vehículos compartidos para ganar un dinero extra aparte de su trabajo en una organización sin ánimo de lucro. Durante este convulso periodo se queda en el sofá de Daniel, un acuerdo que resulta complicado dada su historia previa. Molly, por su parte, comienza un nuevo trabajo en un bufete de abogados de raza negra, pero su confianza en sí misma se pone a prueba.