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Después de una primera temporada estupenda en todos los aspectos, tanto en lo estético como técnico, argumental o actoral, pensando en que el libro de Margaret Atwood solo guiaba la historia de aquélla y que en las siguientes entregas íbamos a enfrentarnos "a pecho descubierto" a las nuevas tramas, no podía imaginar que la serie pudiera incluso mejorar, llevando la historia a puntos de aún más tensión e intriga y haciendo que permanezcas estremecido frente a la pantalla expectante ante lo que sucederá. Elisabeth Moss sigue estupenda en el papel principal llenando de matices la evolución del personaje de June y la temporada te mantiene atrapado hasta el final, deseando empezar la tercera temporada
Esta serie de Hulu ha acabado convirtiéndose en una presentación abierta y cruda de la violencia gratuita sin una intención narrativa clara, aunque siempre con el objeto de conseguir producir esa excitación que atrapa al espectador ávido de euforia audiovisual.
Desde la segunda temporada, Margaret Atwood ha dado luz verde a MGM para que un ejército de guionistas mediocres escriban un relleno infame, que nada tiene que ver con la novela original, y que les sirve a todos para perpetuar en la parrilla una historia confusa y absurda que apenas ofrece un avance en el relato. El personaje de June Osborne parece estancado en un bucle absurdo en el que siempre acaba tropezando con la misma piedra. Me imagino que en algún momento de la última temporada acabarán enlazando la historia con la novela original, pero me temo que será ya demasiado tarde para tomarnos en serio este despropósito argumental, lleno de primeros planos absurdos, y aburrida hasta la nausea.
Esta estrategia empresarial de saturación, que no ha sido capaz de aportar ni un ápice de originalidad o de sentido común explicativo, se ha acabado traduciendo en una de las series más mediocres de la parrilla de pago por visión, desde el punto de vista intelectual.
Desde la segunda temporada, Margaret Atwood ha dado luz verde a MGM para que un ejército de guionistas mediocres escriban un relleno infame, que nada tiene que ver con la novela original, y que les sirve a todos para perpetuar en la parrilla una historia confusa y absurda que apenas ofrece un avance en el relato. El personaje de June Osborne parece estancado en un bucle absurdo en el que siempre acaba tropezando con la misma piedra. Me imagino que en algún momento de la última temporada acabarán enlazando la historia con la novela original, pero me temo que será ya demasiado tarde para tomarnos en serio este despropósito argumental, lleno de primeros planos absurdos, y aburrida hasta la nausea.
Esta estrategia empresarial de saturación, que no ha sido capaz de aportar ni un ápice de originalidad o de sentido común explicativo, se ha acabado traduciendo en una de las series más mediocres de la parrilla de pago por visión, desde el punto de vista intelectual.
Tramposa y maniquea
La primera temporada más o menos fiel al libro nos muestra una distopía muy próxima. Luego se vuelve maniquea y busca la fácil identificación con la víctima heroica (cosa muy lejos de la protagonista de la temporada 1 y del libro)
Hace del argumento una pompa de jabón con una burbuja de efectos preciosos, fotografía irresistible y una increíble Elisabeth Moss, que poco a poco se pierde en los efectos visuales y los diálogos absurdos de heroína adolescente.
En varias de las escenas de «represión/subordinación» la serie sobre todo ofende y no precisamente por cruda o fuerte sino por irreal e improbable. Recuerdo una escena en particular cuando Defred con una mirada de reto se niega a obedecer una orden de la Tía quien asombrada las envía a todas a sus casas sin tomar ninguna medida ante esa insubordinación, justo cuando en la escena anterior había castigado, con golpes demoledores, a otra de las criadas por haberse negado hacer lo mismo. Pequeñas contradicciones, que a mi modo de ver son incoherentes, tramposas y manipuladoras.
La primera temporada más o menos fiel al libro nos muestra una distopía muy próxima. Luego se vuelve maniquea y busca la fácil identificación con la víctima heroica (cosa muy lejos de la protagonista de la temporada 1 y del libro)
Hace del argumento una pompa de jabón con una burbuja de efectos preciosos, fotografía irresistible y una increíble Elisabeth Moss, que poco a poco se pierde en los efectos visuales y los diálogos absurdos de heroína adolescente.
En varias de las escenas de «represión/subordinación» la serie sobre todo ofende y no precisamente por cruda o fuerte sino por irreal e improbable. Recuerdo una escena en particular cuando Defred con una mirada de reto se niega a obedecer una orden de la Tía quien asombrada las envía a todas a sus casas sin tomar ninguna medida ante esa insubordinación, justo cuando en la escena anterior había castigado, con golpes demoledores, a otra de las criadas por haberse negado hacer lo mismo. Pequeñas contradicciones, que a mi modo de ver son incoherentes, tramposas y manipuladoras.
No entiendo los premios de esta serie, es lenta, aburrida, y hasta de mal gusto. Vi el primer capítulo y estuve a punto de abandonar, ya con el segundo no vi otra salida.
Si bien comparte la misma estética apabullante de las anteriores temporadas, así como las estupendas actuaciones de todo el elenco en general, el problema de esta cuarta temporada es que, aún manteniendo un nivel notable, se hace más repetitiva y monótona, especialmente por el abuso del primer plano, que llega a cargar por su exceso, y porque tiene más capítulos en los que la tensión decrece. Eso sí, tiene muchas de las cualidades que se vienen manteniendo desde el inicio de la serie, como el uso del color o la fotografía, y tiene algunas de las composiciones escénicas más contundentes que se han visto en todas las temporadas. Sigue siendo una serie notable e interesante pero es una buena noticia que la 5ª sea la última entrega para que no se estire el chicle en demasía.
En la misma línea que la anterior y por momentos más tensa y angustiosa si cabe, la tercera temporada de El cuento de la criada define a una serie que en su conjunto hasta el momento es sobresaliente: A la estética apabullante desde el inicio, a la evolución de los personajes o de la trama se une el interés in crescendo que supone todo a lo que lleva esta tercera entrega hasta el final, consiguiendo que sigas anclado frente a la pantalla de nuevo, y dejando las espadas en todo lo alto para la próxima temporada.
La serie se sitúa en un estado de sitio en USA en la actualidad pero no se sabe el por qué, puede ser un golpe de estado o por otro motivo pero la realidad es que determinadas mujeres y muy numerosas son raptadas y esclavizadas como criadas de matrimonios de clase alta. La serie entretiene pero ese aspecto excesivo de ficción no convence demasiado, al menos durante la primera temporada. Ya vimos en Madmen a la actriz protagonista y su interpretación está a muy buen nivel.
Es muy lenta y aburre. He estado a punto de abandonar en varias ocasiones. Lo de los premios no lo entiendo.
Seriaza, no apta para cualquier público. Es dura, lenta pero con contenido. Cada fotograma de las escenas "lentas" es una maravilla. Las actrices principales brillan en cada escena. Es lenta dicen, pero lo bueno se hace esperar
Un gineceo de mujeres sufrientes.
June decidida a recuperar a su hija y urdiendo intrigas, una June que conserva sus dosis de saludable ambigüedad y que incorpora más capas a su personaje.
La serie sigue explotando su poderosa iconografía en algunas escenas y explorando las diferentes facetas del sistema que plantea, por ejemplo, la reinserción en el mundo "libre" de una ex criada o el papel de las Martas, luego de la un tanto fallida incursión en las "colonias" de la T2 como novedad.
Uno de los personajes clave y más interesantes sin lugar a dudas es Serena, que comenzó a gestar su rebelión en la T2, con su hieratismo al borde del estallido y ya verán con qué deriva.
La temporada tiene la virtud de diversificar sus escenarios y de incorporar valiosos personajes como Eleanor, la esposa del Comandante Lawrence, el nuevo "patrón" de June (una notable Julie Dretzin) o desarrollar otros (La Tía Lidia de Anne Dowd, la ex criada Emily de la siempre notable Alexis Bledel y la Martha Rita de Amanda Brugel, por ejemplo).
Pero el protagonismo de la notable Elizabeth Moss como June se torna casi excluyente, con sus oportunas voces en off, aunque acaso incurra a veces en una sobreactuación subrayada por sus primeros planos a cámara.
La puesta en escena de esta temporada es deslumbrante: locaciones, iluminación, fotografía, encuadre, banda sonora, vestuario, despliegue... y supera a la de las anteriores temporadas.
La serie continúa con su ritmo pausado, que cuece situaciones a fuego lento pero no se priva de potentes estallidos de violencia física o simbólica.
Quizás en algún momento la trama queda enredada en una situación que monopoliza la acción más de lo debido; pero todo tiene su justificación.
El capítulo final combina los elementos concentracionarios, bíblicos y de sororidad que caracterizan a esta ficción.
Se trata de una temporada que despierta ominosas y tristes resonancias con la actualidad, y no porque estalle una epidemia en Gilead.
spoiler: SEMISPOILER: Hay un capítulo que transcurre integramente en un hospital que es un verdadera obra maestra: sin dudas uno de los mejores de las 3 temporadas. distopias drama flow HBO series series estadounidenses
June decidida a recuperar a su hija y urdiendo intrigas, una June que conserva sus dosis de saludable ambigüedad y que incorpora más capas a su personaje.
La serie sigue explotando su poderosa iconografía en algunas escenas y explorando las diferentes facetas del sistema que plantea, por ejemplo, la reinserción en el mundo "libre" de una ex criada o el papel de las Martas, luego de la un tanto fallida incursión en las "colonias" de la T2 como novedad.
Uno de los personajes clave y más interesantes sin lugar a dudas es Serena, que comenzó a gestar su rebelión en la T2, con su hieratismo al borde del estallido y ya verán con qué deriva.
La temporada tiene la virtud de diversificar sus escenarios y de incorporar valiosos personajes como Eleanor, la esposa del Comandante Lawrence, el nuevo "patrón" de June (una notable Julie Dretzin) o desarrollar otros (La Tía Lidia de Anne Dowd, la ex criada Emily de la siempre notable Alexis Bledel y la Martha Rita de Amanda Brugel, por ejemplo).
Pero el protagonismo de la notable Elizabeth Moss como June se torna casi excluyente, con sus oportunas voces en off, aunque acaso incurra a veces en una sobreactuación subrayada por sus primeros planos a cámara.
La puesta en escena de esta temporada es deslumbrante: locaciones, iluminación, fotografía, encuadre, banda sonora, vestuario, despliegue... y supera a la de las anteriores temporadas.
La serie continúa con su ritmo pausado, que cuece situaciones a fuego lento pero no se priva de potentes estallidos de violencia física o simbólica.
Quizás en algún momento la trama queda enredada en una situación que monopoliza la acción más de lo debido; pero todo tiene su justificación.
El capítulo final combina los elementos concentracionarios, bíblicos y de sororidad que caracterizan a esta ficción.
Se trata de una temporada que despierta ominosas y tristes resonancias con la actualidad, y no porque estalle una epidemia en Gilead.
spoiler: SEMISPOILER: Hay un capítulo que transcurre integramente en un hospital que es un verdadera obra maestra: sin dudas uno de los mejores de las 3 temporadas. distopias drama flow HBO series series estadounidenses
Imprescindible verla, una inquisición actual, en la que un grupo de extremistas radicales alcancen el poder en Estados Unidos imponiendo el miedo, e instaurando un estado fascista , en el que se relega a la mujer a ser un mero instrumento de natalidad. La fertlidad , es el tema central, en el que se refleja como la crueldad humana puede llegar a límites insospechados, y como incluso en esas situaciones la fortaleza de una madre le hace resistir.
Incomensurable el papel de la criada, nos mantiene en tensión capítulo trás capítulo. Es una de mis series imprescindibles deseando que estrenen la próxima temporada.
Incomensurable el papel de la criada, nos mantiene en tensión capítulo trás capítulo. Es una de mis series imprescindibles deseando que estrenen la próxima temporada.
excelente serie llevada a la tv de la escritora Margaret Atwood canadiense , esta 2 season espectacular
Después del libro las expectativas eran muy altas y la serie cumple. Desarrolla muy bien los sentimientos (sobre todo reprimidos) de los personajes, la angustia de la dictadura y la falta de libertad.
Escenas complejas y bien desarrolladas, actores que te producen emociones. Lo mejor que he visto ultimamente.
Escenas complejas y bien desarrolladas, actores que te producen emociones. Lo mejor que he visto ultimamente.
Es una historia muy buena, con imágenes y capítulos impactantes que nos hacen reflexionar sobre el fanatismo religioso existente en varios lugares del mundo. La historia se desarrolla en un ambiente sombrío y frío dentro de un futuro próximo a nuestra era contemporánea.
Lo malo de la serie son sus escenas interminables, con secuencias larguísimas de la protagonista caminando o con escenas a cuadro de su rostro inexpresivo, lo cual llega a ser muy fastidioso, se ve que alargaban las escenas para rellenar los capítulos por falta de historia.
En general es buena pero aveces si es muy tediosa y difícil de ver. Te seguro que adelantarás muchas escenas.
Lo malo de la serie son sus escenas interminables, con secuencias larguísimas de la protagonista caminando o con escenas a cuadro de su rostro inexpresivo, lo cual llega a ser muy fastidioso, se ve que alargaban las escenas para rellenar los capítulos por falta de historia.
En general es buena pero aveces si es muy tediosa y difícil de ver. Te seguro que adelantarás muchas escenas.
Vaya rollo, ,¡que lentitud! La protagonista se acaba haciendo odiosa, tanto primer plano para esas expresiones que ya cansan. Recuerdo mucho mejor la película. Estirar las series es un defecto muy común.Solo salvo la fotografía. La Moss me cargaaaaa.
Increíble tanto premio
Increíble tanto premio
