Rue está de nuevo en casa después de su paso por una clínica de desintoxicación, pero pronto vuelve a drogarse. A pesar de saber el daño que causa a su familia, la joven se refugia en las drogas para evadirse de la realidad que la martiriza desde la muerte de su padre. Un día conoce a Jules, una chica transexual, con la que conecta enseguida y decide dejar las drogas. Esto supondrá una gran presión para Jules al ser el único motivo por el que su amiga se aleja de su adicción. Ellas y sus compañeros de instituto deberán aprender a sobrevivir todos los días entre drogas, enfermedades mentales, sexismo, machismo, cánones de belleza imposible, violencia y malas relaciones.